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BIR. Batallón de Intervención Rápida (El Aaiún)

El Batallón de Intervención Rápida, está ubicado a 25 kilómetros al sur de El Aaiún, cerca de la costa. Este sitio fue empleado también como centro de detención clandestino y fue utilizado para la movilidad de detenidos-desaparecidos, muchos de ellos provenientes del PCCMI.

El motivo de los traslados entre distintos centros de detención como, por ejemplo, del PCCMI al BIR, tenía que ver con la evaluación que los captores hacían de los detenidos y la selección inicial que se dio de quiénes permanecerían detenidos durante años y quiénes serían liberados antes. Otras razones de los traslados obedecían al interés del régimen marroquí por ocultar el destino de los desaparecidos frente al riesgo de filtración de informaciones, como fue el caso del traslado de los detenidos en el PCCMI al BIR en noviembre de 1987, debido a la primera visita de una misión de Naciones Unidas y de la Organización para la Unión Africana a El Aaiún.

Durante esos días, un grupo de unas sesenta personas que permanecían detenidas en el PCCMI fue llevado al cuartel militar BIR. En dicho grupo había 17 mujeres, que fueron mantenidas en una estancia separada de los hombres. El trato dado a los detenidos durante esos días muestra la extrema crueldad con que se desempeñaron los captores.

Pasamos una semana en el BIR que fue muy dura, en el suelo sin mantas, los dos o tres primeros días sin comida. Cuando teníamos sed cogían una botella de agua y nos daban una gota. Los otros días nos trajeron granos de lentejas con agua. Por la noche siempre venía un guardia muy malo que nos ponía de pie, apoyadas sobre un pie y después sobre el otro. Así pasamos gran parte de la noche, sin importar edad. Aquí ya no nos golpeaban. En una habitación estábamos dieciocho mujeres y en la habitación de los hombres había más de sesenta, mi marido me cuenta que estaban uno sobre otro. A ellos también los ponían de esa manera pero además los golpeaban. Varias noches escuchábamos llantos y gritos de los hombres. Estuvimos en el BIR hasta que la comisión internacional dejó el Sáhara Occidental. El Ghalia Djimi.

Las personas detenidas desaparecidas en el BIR fueron mantenidas en condiciones de hacinamiento extremas, con privación de alimentos, contaminación física y privación de sueño en medio de condiciones infrahumanas.

Las investigaciones realizadas han constatado que el traslado de detenidos-desaparecidos, fue una maniobra del Estado marroquí para evitar que el PCCMI pudiera ser visitado por la delegación de Naciones Unidas y la Organización para la Unión Africana, y encontrar a los detenidos y conocer las condiciones en que estaban. Después de varios días en el BIR, entre el 22 y el 30 de noviembre de 1987, y una vez que la delegación internacional regresó a Rabat, las personas detenidas fueron de nuevo sacadas del BIR y llevadas al PCCMI. Un grupo de detenidos fue liberado al cabo de pocas semanas después de volver al PCCMI, pero la mayor parte permaneció en el centro clandestino hasta su liberación en 1991. Los detenidos estuvieron en situación de desaparecidos hasta junio de 1991, es decir, más de tres años y siete meses.

El caso del joven Mohamed Ayach

Durante su estancia en el BIR, en dichas condiciones de hacinamiento extremo y maltrato, uno de los detenidos, Mohamed Ayach, fue brutalmente golpeado y herido en el abdomen. Según el relato de su madre, Salka Ayach, que se encontraba también detenida en la celda con el resto de las mujeres en el BIR, el joven cumplió diecinueve años en dicho centro clandestino de detención. Según tres testigos presenciales que se encontraban en la misma celda que él, cuando tuvo conocimiento de que su madre había sido también detenida y se encontraba en la celda contigua, empezó a gritar diciendo “mi madre no está en esto, sólo yo”, por lo que fue torturado.

Pero fue muy doloroso. A mí no me trataron como a los demás, como a las otras que eran jóvenes y todo eso. Pero me dolió mucho porque estuve escuchando los gritos de todo el mundo, incluso de mi hijo... Habría preferido morirme que oír aquellos gritos. Mi hijo fue torturado hasta morir. Escuché todas sus torturas, su sufrir me pasa a mi oído, hasta que se murió. Después de varios días se murió. Salka Ayach.

 

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